Correos electrónicos fraudulentos:

Apariencia legítima: Los ciberdelincuentes diseñan correos que parecen proceder de fuentes confiables, como bancos, servicios en línea, o incluso contactos personales. Usan logotipos, nombres y firmas de instituciones reales.

Urgencia o miedo: El mensaje suele incluir una advertencia urgente, como una supuesta violación de seguridad o una factura pendiente, para presionar a la víctima a actuar rápido sin pensar.

Enlaces maliciosos: El correo incluye enlaces que parecen legítimos, pero en realidad redirigen a sitios falsificados diseñados para robar credenciales.

Suplantación de sitios web:

Los ciberdelincuentes crean sitios web falsos que imitan a los legítimos (como servicios bancarios o de correo electrónico) con ligeras diferencias en la URL o diseño para engañar a los usuarios y hacer que ingresen sus datos.

¿Como protegerse?

Para protegerse contra estas tácticas, es fundamental estar alerta, verificar la autenticidad de los correos y sitios web, evitar hacer clic en enlaces sospechosos, y utilizar métodos de autenticación como la verificación en dos pasos.